2. La Correlación de Fuerzas. Elementos Nacionales.

México DF a 16 de Septiembre de 2009.

Documentos sobre el Movimiento Revolucionario de Masas A. C.

La Correlación de Fuerzas. Elementos Nacionales.

En México la correlación de fuerzas es interesante.

Las Fuerzas Neoliberales, la Derecha.

México es uno de los países con mayores desigualdades sociales, en donde por un lado podemos encontrar a uno de los hombres más ricos del mundo (Carlos Slim) dentro de un sector importante de magnates que tienen todas las comodidades que envidiarían incluso la inmensa mayoría de los habitantes de países de primer mundo. Todo lo anterior contrasta con más de 60 000 000 de mexicanos que padecen algún grado de pobreza.

En este sentido, los grandes capitalistas nacionales, que forman parte de los sectores beneficiados por el neoliberalismo tienen un interés profundo en que esta política se mantenga. Con ellos se agrupan el panismo como partido de la clase dominante junto con un sector retrógrada dentro del priísmo que también se suma a la tendencia neoliberal como defensa de intereses regionales y de grupo.

Cuentan además con el apoyo del sector oficial de la Iglesia católica mexicana, la cual  tiende a apoyar las políticas reaccionarias. En sus filas tienen a los principales sindicatos donde no hay una representación real de los trabajadores y más bien opera el tan conocido como lesivo charrismo sindical. Tienen cada vez un menor apoyo por parte de la mediana y pequeña burguesía que, en el recuento de los daños, ha sido una de las damnificadas de las probadamente erróneas políticas neoliberales.

Sumamos también en la derecha política al Partido Verde Ecologista de México, partido de junior’s de la política que sólo buscan hacer de la misma negocio y un espacio de acomodo acorde a sus intereses personales. Está también el PANAL, partido de lo más podrido del corporativismo charro en México, convirtiéndose prácticamente en una franquicia para uso y abuso de Elba Esther Gordillo y sus acuerdos.

Tenemos también al ejército mexicano, volcado a las calles en la guerra en contra del narco que es otra expresión del neoliberalismo y del ala derecha del país, pero que manda un mensaje de abuso e impunidad que busca menguar la posibilidad de participación social en un cambio de rumbo general ante la represión de las fuerzas del “orden”.

El narcotráfico que refleja en la actual guerra la guerra entre dos polos del poder político y económico en México y dos mafias distintas, una de ellas utilizando “el peso del Estado” para combatir a sus contrapartes. En la guerra en contra del narco no se representan los intereses legítimos y reales de nuestro pueblo sino simplemente la lucha entre las partes que se disputan el control del mercado.

En el centro del escenario nacional se encuentra el resto del PRI, el que opcionalmente se corre a la derecha o izquierda según la conveniencia del momento. En él se agrupa un importante número de centrales campesinas y “representaciones” obreras que en ocasiones se convierten en grupos de presión y de lucha pero en la mayoría se vierten a apoyar abiertamente las políticas neoliberales. Se encuentra también un sector importante de la intelectualidad nacional la que oscila entre las diferentes posiciones políticas sin atinar a crear las bases de un proyecto nacional.

Allí también está la llamada “clase media”, que cada día se encuentra más limitada en sus derechos y posesiones y tiende a ser expulsada hacia el proletariado. Esa clase media tendiente a su desaparición que día con día se pauperiza más y ve como se extinguen sus aspiraciones a integrarse a la gran burguesía nacional e internacional y se va integrando a velocidad vertiginosa a los desposeídos en la escala nacional. Lo anterior los hace tender entre los intereses de la clase dominante a la que todavía aspiran a integrarse aunque cada día lo ven más lejano y la clase desposeída a la que no les gustaría integrarse pero a la que cada día pertenecen en mayor medida.

Un amplio sector de los trabajadores, ajenos a sus posiciones de clase e incapaces de organizarse y comprender los alcances de la política neoliberal se inclinan hacia el centro político. No se sienten reflejados por las posiciones neoliberales, sin embargo tampoco se sienten atraídos o no alcanzan a comprender las posiciones de la izquierda a lo que responden deambulando entre diferentes posturas políticas según el momento.

Por todo lo anterior el centro es uno de los lugares más importantes de la disputa política pues es el que puede inclinar la balanza hacia la izquierda o hacia la derecha.

En la izquierda se encuentran las fuerzas progresistas del país, profundamente fragmentadas y divididas. Por un lado se encuentra la izquierda político electoral, con un PRD dirigido por el ala derecha del partido, cada día más dividido e incongruente, alejado de los principios que le dieron origen y más aún de lo que fue el FDN, su antecedente inmediato, cualitativa y cuantitativamente superior. En polo de la izquierda electoral podemos encontrar al PT, partido históricamente oportunista que expulsó (en la vía de los hechos) al ala izquierda histórica del partido y dejo la dirección en manos de la derecha del mismo. Actualmente convertido únicamente en instrumento de acompañamiento de AMLO pero tendiente a cerrar filas con el priísmo o con cualquier fuerza que le garantice su registro y mantener la franquicia política para seguir obteniendo recursos públicos. Está también Convergencia, aún más a la derecha de los dos anteriores, tendiendo francamente hacia el centro y con una alianza natural con el priísmo que no se ha dado porque se han decidido colgar en los dos últimos procesos electorales de Andrés Manuel para poder seguir en el juego político.

En la izquierda que mezcla la participación electoral con la lucha social podemos ubicar como la fuerza más representativa al Diálogo Nacional, espacio que en su momento ha agrupado a lo más plural y avanzado del movimiento en México pero que ha caído en una crisis, sobre todo a partir de la pérdida de influencia por parte del SME, envuelto en conflictos internos que no logra resolver. Agrupa a lo más avanzado del sindicalismo, las fuerzas campesinas y las fuerzas populares nacionales y tiene un programa de lucha que si bien no resuelve en su conjunto las necesidades fundamentales nacionales al menos representa lo más avanzado en la lucha general. Aquí juegan también un papel de primer orden fuerzas como la CNTE, la cual es una de las organizaciones más combativas e influyentes dentro del diálogo nacional. Así mismo organismos sindicales de centro-izquierda como la UNT ejercen una poderosa influencia en los procesos políticos internos del diálogo nacional.

Se encuentran también las fuerzas que se agrupan en la Otra Campaña, en torno a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, que agrupa a las fuerzas zapatistas y prozapatistas nacionales. Estas fuerzas han venido perdiendo presencia e influencia hasta casi desparecer del escenario político nacional del 2006 a la fecha.

Están también las fuerzas locales pero con peso en el escenario nacional como la APPO, la cual, en sus contenidos y formas de organización representa sin duda lo más avanzado de las luchas políticas en la actualidad. Es sin lugar a dudas un ejemplo en torno a las nuevas formas de organización y de hacer política, una política construida desde abajo y con un control directo de quienes participan en ella, una forma de hacer política directa, donde no se delega el poder, sino se ejerce desde las bases y se tiene una política participativa. San Salvador Atenco, vinculado a la Otra Campaña y al zapatismo pero con un significado e influencia propios. Algunas secciones particulares de la CNTE que ejercen influencia nacional además de su participación en la Coordinadora general.

El reacomodo de la correlación de fuerzas es permanente. La nueva crisis económica mundial, con sus constantes repercusiones en México va girando a las diferentes fuerzas y clases sociales hacia posiciones más estables y definidas. El escenario se polariza a pasos agigantados y a cada momento quedan menos posibilidades de la indefinición. Vivimos en un proceso eminentemente pre revolucionario y en él el centro político tiende a desaparecer, es por eso que ante la inminencia del choque de trenes de la historia se convierte la lucha por el centro político en una lucha de primer orden, indispensable si se aspira a seguir avanzando.

Hoy los proyectos en pugna están en un combate permanente pero velado, aún no se da paso a la confrontación abierta, al parecer los grupos en pugna velan armas y pronto se verá el momento de la definición.

Por el Movimiento Revolucionario de Masas A. C.

Franky.

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