La Transformación de la sociedad como acción organizada de las masas.

Publicado en por Franky

México DF a 29 de julio de 2009.



En la actualidad se vive la necesidad impostergable de transformar a nuestra sociedad, la misma no puede seguir marchando como hasta ahora, salvo el riesgo de que desaparezcamos todos, sociedad incluida.


Esta transformación, para ser de fondo debe cubrir varias características. Por un lado en su profundidad, tiene que abarcar todos los aspectos de la sociedad y de las relaciones sociales. En especial las relaciones económicas, pero también las culturales, las relaciones humanas, la educación, la salud y la forma de impartirse, el equilibrio del hombre con su entorno, etc.


En la idea de transformar a la sociedad, la gran mayoría coincidimos, el problema es que entramos en una lucha individual, donde no entendemos a la sociedad como un organismo complejo y desarrollado, pero en donde todas y cada una de sus partes tienen una vinculación inherente. Tratamos de entender a la sociedad, sólo a partir de la idea que tenemos, nosotros mismos, del pequeño entorno que nos rodea y que nos tiene asfixiados. Pongamos un ejemplo.


En este año, la caída del Producto Interno Bruto en México será, según las previsiones más conservadoras, la mayor desde 1995. Entre la crisis económica mundial, la crisis interna, la estrepitosa caída de nuestro principal socio comercial, la caída de las remesas, la caída en los precios del petróleo, y todo lo que se acumule en el resto del año. Todo lo anterior sumado a la ineptitud e incapacidad del gobierno calderónico para encontrar una salida que no sea uno de los viajes de optimismo y opio del Casterns.


Bueno, el caso es que para nuestro ejemplo baste con decir que las cosas están de la chingada (perdón a los guardianes del buen decir, pero es que hay fenomenologías que solo se pueden describir con la simpleza y magnificencia del lenguaje coloquial mexicano). En ese escenario la inflación se ha disparado, con lo que cae el poder real de los salarios (para aquellos lectores que no sepan y gusten de la economía, en frases simples, los precios de todo lo que compras han crecido más que lo que te pagan de sueldo, con lo que teniendo el mismo trabajo, o incluso uno un poco mejor, te alcanza para comprar mucho menos que antes). Además ha crecido el desempleo enormemente, es decir, hoy no te corren de tu trabajo, porque incumplas, seas incapaz o irresponsable, te corren porque la crisis trae consigo el desempleo.


Como podemos ver el problema es general en México, nos afecta directamente a todos, al menos en el tema de la inflación, y a millones en la parte que corresponde al desempleo.


Montado pues el escenario vayamos de una buena vez a nuestro ejemplo.


Imagina una familia, donde el esposo (no tiene nada que ver con los roles machistas el ejemplo, es sólo buscar el escenario más común) se ha quedado sin empleo como producto de la crisis, y lleva ya unas semanas buscando trabajo, pero en este momento lo que abunda es la pérdida de empleos, no su generación. Así el camarada en cuestión no encuentra empleo. Pero pertenece a una familia previsora, que ahorro un poco de dinero en las épocas en que si se tenía trabajo (esto para colmo poco común y difícil de realizar).


Sin embargo al desempleo se suma la carestía, la inflación, y la misma cantidad de dinero que antes te podía durar dos meses hoy se empieza a agotar al primer mes.


Lo que queda claro es que esta es una situación general, común a miles de familias y no particular de la única familia de nuestro ejemplo. Sin embargo en el seno da la familia del ejemplo, como en la mayoría de las miles de familias en la misma situación, no se aprecia que se trata de una situación general, se ve como una situación única, y en lugar de unirse y cerrar filas contra un problema común, se inicia una guerra interna que agrava la ya de por sí difícil situación generada desde afuera.


La pareja comienza a recriminar a quien busca el empleo su incapacidad de encontrarlo, mientras éste cuestiona la falta de capacidad administrativa para optimizar los ahorros que debían durar al menos dos meses y que se acaban en uno. El conflicto interno se agudiza. No se comprende que uno no encuentra trabajo por el desempleo y que en las otras manos el dinero no rinde igual por la inflación. El conflicto, que es general, se convierte en un infierno particular.


Y a la reproducción de miles de infiernos no se logra sumar la unidad de quienes habitan en ellos para combatirlos, para cambiar las cosas.


Es así como cada quien vive en su conflicto sin entender que solo cuando veamos que el conflicto es general podremos resolverlo de fondo, ENTRE TODOS.


Lo mismo pasa en mil conflictos más que se viven en el terreno de lo social. Estamos a unos días de que se den a conocer los resultados del Concurso de Ingreso a la Educación Media Superior 2009. En nuestro sistema educativo la UNAM, el IPN, la UAM, Chapingo (estás dos últimas sin sistema de bachillerato), y algunas instituciones de educación superior en provincia son de gran calidad, destacándose muy en particular la UNAM y el IPN como escuelas de calidad mundial. El resto de las instituciones educativas públicas, unas más y otras menos, son francamente deplorables en su nivel educativo y en muchas se viven conflictos de inseguridad que perjudican no solo el desarrollo académico, sino humano de los alumnos. Cuando se presenten los resultados, en unos días, miles de alumnos serán rechazados de la UNAM y el Poli, se calcula que la UNAM aceptará a solo el 7% de sus solicitantes y el IPN el 23%. Miles y miles de alumnos serán enviados a opciones educativas de pésima calidad. En el caso de que quieran estudiar en escuelas privadas, la situación, digan lo que digan, no es muy distinta. Hay dos o tres que se destacan y tienen buen nivel (a mi juicio ninguna iguala a la UNAM o el IPN) el resto son escuelas patito que solo hacen de la educación un negocio, muy lucrativo por cierto.


Es decir, el viernes amanecerán en miles de hogares con la noticia de que sus hijos son excluidos de la educación. Serán excluidos por una lógica matemática cruel y simple, de cada 10 solicitantes, en el mejor de los casos, solo uno entrará, salvo que solicites una escuela de mala calidad, conflictiva y en zona marginal.


Sin embargo en la mayoría de los casos, en lugar de entender que el problema es común y es general, en lugar de entender que la única forma de resolverlo de fondo es con la unidad de todos luchando por un sistema educativo distinto, la mayoría de las familias culparán al hijo excluido y sumaran a la carga de haber sido rechazado una cantaleta sobre si es malo estudiando, sobre si es incapaz, si es flojo y un largo etcétera.


Al igual que el desempleado es juzgado por su desempleo, que el ama de casa es juzgada por la pérdida de poder adquisitivo, el joven es juzgado por la falta de lugares en las instituciones educativas de calidad. Y así todos se juzgan, unos a otros, sin que nadie sea capaz de fomentar la unidad y voltear la mirada para que todos juntos juzguen al sistema que todo esto provoca.


Es por eso necesario entender que tenemos que transformar al sistema, pero como el problema no es de uno solo, no es tampoco uno solo el que puede apostar a la transformación. En lo individual, por más bienintencionado que se sea, es muy poco lo que se puede lograr.


Los problemas son masivos, resolvámoslos como masas. Los que nos golpean desde arriba, los que provocan las crisis, los que fomentan el desempleo, los que generan la inflación y la carestía, los que hacen que en las escuelas la matrícula no alcance, los que han deteriorado el campo mexicano, los que han desaparecido la industria, los que han explotado el comercio interno, lo que nos joden vamos, están organizados. ¡ORGANICÉMONOS!


Solo a través de la organización de las masas, y de sus acciones conjuntas, orientadas a su liberación es que se podrá cambiar de fondo a la sociedad. De otra forma no tenemos la mayor esperanza, por más que lo queramos, las cosas seguirán siendo iguales. El cambio está en nuestras manos.

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